Me Pica, Me Pica Mucho….
A las chicas no nos resulta fácil hablar sobre nuestro cuerpo, especialmente sobre nuestros genitales. Lo cierto es que las normas sexuales no nos ayudan mucho, atiborrándonos de imágenes de mujeres perfectas y genitales retocados. Por esa “vergüenza”, muchas chicas soportamos situaciones poco saludables o no sabemos cómo actuar cuando pasan cosas raras por ahí abajo, sobre todo si vienen acompañadas de olores, colores, o texturas extrañas y a veces desagradables.
Lo primero que me gustaría contarte es que nuestras vulvas son tan únicas y diferentes entre sí como lo son nuestras caderas o nuestras manos, y si mirases de frente los genitales de tus amigas alucinarías con la cantidad de variaciones que puede haber en un lugar tan pequeño.
Nuestras vulvas…
Por otro lado, nuestras vulvas son como poblados llenos de organismos que conviven y se relacionan entre sí de forma equilibrada y sostenible… ¿Pero sabéis que pasa? Muchas veces, tratamos nuestros genitales con muy poco respeto; como si no existieran, o como si fueran algo sucio que solo observamos y tocamos para lavar obsesivamente. También pasa que en nuestros encuentros eróticos, no siempre preguntamos a nuestro cuerpo, y especialmente a nuestra vagina sobre lo que realmente le apetece, y hacemos cosas que realmente no deseamos hacer.
Estas son algunas de las razones por las que de pronto, los organismos que conviven pacíficamente en nuestra vagina, se alteran y comienzan a rebelarse, como diciendo: Eh ¿qué pasa? trátame bien!! Y se rebelan de las más divertidas formas: pican, escuecen, cambian la textura, el color o el olor del flujo vaginal. A ver, es un rollo, y a veces pueden convertirse en algo muy molesto e incómodo, que te limita completamente, pero es importante que interpretes las señales de forma adecuada:
Ese es el modo en que tu cuerpo te dice que algo no está funcionando, que algo no estás haciendo bien. Y tal vez, en vez de enfadarte, negarlo o aumentar tu rechazo hacia tu propio cuerpo, podrías tratar de comprenderlo y reflexionar un poco sobre lo que este está tratando de decirte.
La mayor parte de estas manifestaciones tienen un diagnóstico leve, que desaparecerá con un sencillo tratamiento, así que no dejes que pase el tiempo cuando notes algo extraño o diferente, ponte en contacto cuanto antes con tu médico o médica de cabecera, o ven al Centro Joven de Atención Sexual para resolver la situación cuanto antes, porque una cosa es comprender la revolución vaginal y otra que tu poblado entero tome el control de ti misma.
Autonomia corporal…
Por último, una pequeña reflexión sobre la autonomía corporal. Nuestro contexto socio-político y cultural ha aprendido a las mujeres a delegar en los otros todos los indicadores de bienestar, y auto-placer, como si solo pudiésemos vernos y amarnos a través de como los otros nos ven o nos aman.
De forma casi inconsciente, negamos la lucidez de nuestro propio criterio para guiar nuestros actos, y silenciamos las manifestaciones de nuestros cuerpos ante las prácticas o las relaciones que realmente nos excitan, nos dan placer y nos satisfacen. Nadie mejor que tu sabe lo que necesitas, nadie mejor que tu sabe dónde eres buena, y no existe mejor indicador de tu bienestar y tu salud que tu propio cuerpo. Recuerda que tu cuerpo te pertenece y es tu responsabilidad cuidarlo, protegerlo y tratarlo como se merece.